Por Nacho Sierra: Director de la Escuela de FP Canina www.efpc.es

La forma natural de morder de un perro está condicionada por su base genética y el tipo de instinto y emoción que emplea en ese momento. No obstante, la mordida tiene también un factor de aprendizaje en el perro de trabajo deportivo IPO y el adiestrador deberá imprimir la emoción que el perro necesita para obtener así la mordida adecuada en cada situación.
Pero la carga genética en la predisposición a una forma de morder es en muchos casos determinante, de aquí que los perros que no muestran una buena mordida natural de jóvenes, sean muy difíciles de “reparar” incluso por los mejores figurantes.
Esto es algo que los que trabajamos desde hace muchos años en la disciplinas de IPO y con la experiencia en la competición lo vemos con más claridad. Al principio creemos que todo es reparable con un buen trabajo y al final nos damos cuenta que en el mejor de los casos, las carencias pueden ser “maquillables”, pero en la alta competición no valen “los maquillajes” y todo sale a la luz. ¡Las características genéticas no son modificables! ¡Si no todos los perros serían capaces de alcanzar 100 puntos!

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Otra cosa son los perros que muestran una mordida natural firme y en su evolución pasa a ser inestable. Esto puede ser causa de un incorrecto aprendizaje y en estos casos la mordida si puede ser reparable, porque se trata de volver a su naturalidad.
Pero la mordida esta condicionada también a su maduración biológica, a veces para mejor y otras veces para peor, ya que cachorros que a los 7 meses muestran una presa tranquila en ocasiones con la maduración biológica experimentan cambios emocionales que les llevan a morder más nerviosos o a verse contaminados por un instinto de defensa o combate que en su etapa de cachorro todavía no tenían bien formado. Por esto es imprescindible formar los instintos de defensa y presa por separados desde que son cachorros.
Aún así, que decir tiene que el buen trabajo del figurante y del guía influye para poder ponerle al perro todas las condiciones para que aprenda a morder técnicamente bien. Lo que pasa es que en muchos casos el perro carece de las condiciones emocionales necesarias para hacerlo bien. Un perro que a la larga no muerde bien (trabajado por buenos figurantes) no es por un problema de conducta instrumental sino por un problema de naturaleza emocional (Condicionamiento clásico). He conocido perros que han mordido bien siempre, aún siendo trabajados por figurantes inexpertos y también al revés, perros cuya mordida siempre acarreó perdidas de puntos y que venían de los mejores figurantes de formación.
La emoción condiciona la forma de morder, una mordida segura y fuerte la provoca una emoción derivada del impulso de presa y por el contrario una emoción insegura y móvil la provoca una emoción derivada del instinto de defensa. Durante la prueba IPO (sección C) el perro va cambiando las emociones en función de cada ejercicio. En el escondite (enfrentamiento y ladrido) el perro deberá mostrar el instinto de defensa (color rojo de Helmut Raiser) y en el resto de las fases prevalecerá impulso de presa derivado de el instinto de caza y de esta forma su mordida se ajustará al reglamento. En el ultimo «suelta» del reglamento (el más largo, hasta la llegada del guía) hay perros que mantienen un nivel de enfrentamiento basado en su instinto de defensa y otros que permanecen en un ladrido condicionado por su impulso de presa.

En función de estos aspecto  analizamos los tipos de mordidas en las competiciones de IPO
A-Mordida correcta: Contundente y con toda la boca, fuerte, tranquila y recta y bien posicionada con respecto a la manga en todas sus fases.
b-Mordida nerviosa o defensiva: Muy penalizable, el perro suele morder a media boca y apretando varias veces y perdiendo boca en las diferentes fases. Su mordida es insegura y se traduce en cabeceos e intentos de “llevarse la presa” con mordiscos entrecortados y con prioridad de utilizar los colmillos, incisivos y la parte delantera de su boca. Es la mordida natural de un perro cuando trabaja sobre su instinto de defensa y carece de seguridad.
C-Mordida en pinza. El perro muerde con los incisivos y colmillos, y queda así sin confirmar durante la fase de carga. También es muy penalizable. Generalmente esta mordida tiene mucho componente aprendido.
D-Mordida media: el perro mete su boca hasta los premolares pero dejando hueco o espacio, no rectifica. Generalmente malas confirmaciones de manga o mordedores estrechos en sus etapas de formación ayudaron a establecer este problema.
E-Mordida plena pero móvil: El perro sujeta fuerte la manga a boca llena pero corrigiendo hacia dentro su propia mordida. Es como si el perro quisiera introducir más su boca. Es una mordida típica en perros de carácter fuerte y defensivo, pero que su forma de morder tiene un componente contaminado por la agresión y la lucha.
F- Mordida lateralizada (“acomodada”): el perro en esta fase apoya su mordida principalmente en un lado de su boca. El sistema de palancas natural en la trayectoria del figurante le lleva a acomodar su boca y esto le hace perder algo de mordida en un lateral.