¿OTRA FORMA DE SUFRIR?

Al contrario que los humanos, las causas de las enfermedades cardiacas en los perros son en un 90% adquiridas por otras patologías de origen virales, infecciosas, nutricionales o tumorales. La posibilidad de un infarto de miocardio es una rareza en el perro (rotura de arterias coronarias) y es sin embargo, la principal causa de muerte en humanos.
En el perro existen arritmias, soplos, malformaciones car-diacas…pero los infartos apenas se producen en los perros y los animales en general.
El prestigioso cardiólogo argentino Daniel López Rosetti cuenta en su libro Historias Clínicas II que «el cerebro humano evolucionó demasiado y más rápido que el corazón», es decir “vivimos en un cerebro moderno y un corazón viejo”. Tenemos el mismo corazón que tenían los primeros homínidos pero en cambio nuestro cerebro aumento y evolucionó considerablemente. Recordemos que el volumen actual de nuestro cerebro está en torno a los 1450 gr y que hominidos como el H- habilis o el H.Erectus rondaban por debajo de los 800 gr, pero su corazón era igual que el actual. Por el contrario, el cerebro y el corazón de los primitivos cánidos era prácticamente el mismo que el que tienen ahora los cánidos actuales (Aunque el cerebro de los cánidos sociales como el perro al parecer haya evolucionado un poco más).
La realidad es que el cerebro moderno produce el llamado distrés (estrés negativo) y nuestro corazón «viejo», a ciertos niveles, no está preparado para soportarlo. “La depresión y la ira van de la mano del infarto de miocardio”. El ser humano es puramente emocional y las emociones negativas nacen del cerebro y repercuten en el corazón. Los infartos se producen por la rotura de las arterias coronarias, las emociones negativas como la ira o la depresión son las principales causas de rotura de dichas arterias coronarias.
“Los perros no mueren de infarto, ya que no sufren emocionalmente como nosotros, y por eso no se infartan” (Dr. López Rosetti).
Los perros apenas se infartan porque en su cerebro no se da la posibilidad de que sus emociones puedan afectar a las arterias coronarias, al contrario que nosotros que tenemos un cerebro capaz de elaborar sentimientos complejos: odio, envidia, ira…..
El cerebro del perro no es moderno (no evolucionó apenas) y tienen el corazón necesario para soportar las emociones sencillas que emanan de su cerebro.
Cuando los humanos sufrimos una agresión de otro humano, quedamos involucrados negativamente a través de nuestros sentimientos de odio, venganza, ira y por nuestra capacidad de representarnos el futuro vivimos en la tristeza, el enfado, la tensión y en definitiva el distrés de lo que todavía no ha ocurrido. Los perros no tienen visión de futuro, ya que viven el presente condicionados por el pasado. Cuando un estímulo del presente queda asociado a algo negativo del pasado entran en miedo o evitación, pero no viven su malestar por lo ocurrido, ya que no pueden pensar en ello y sus emociones se re-adaptan a las nuevas situaciones positivas sin dejar así «rémoras en su cerebro». Esta capacidad canina es la que lleva a la expresión popular humana » ellos siempre perdonan».
Nacho Sierra . Libro :Técnicas de Modificación de Conducta Canina» 5ª edición. www.nachosierra.es/shop